Manuales prácticos sobre Privacidad en Internet para jóvenes

Hablar de privacidad online con adolescentes puede sonar a misión imposible. Entre móviles, chats, redes sociales y descargas, parece que todo va demasiado rápido como para parar y reflexionar. Pero la realidad es que, cuanto más jóvenes se empiece a hablar de datos personales, mejor. Y de eso trata la iniciativa que presentó la Autoritat Catalana de Protecció de Dades (APDCAT) junto con la Comissió de Llibertats i Informàtica (CLI) y el Departament d’Educació de la Generalitat: tres manuales prácticos pensados para chavales de entre 9 y 17 años.

Tres guías adaptadas a cada edad

Lo interesante es que no se trata de un único documento lleno de tecnicismos, sino de tres manuales diferentes adaptados a cada etapa:

  • De 9 a 11 años, para primaria.

  • De 12 a 14 años, pensados para la ESO.

  • De 15 a 17 años, dirigidos a bachillerato y formación profesional.

Cada uno de ellos aterriza conceptos como la privacidad, el uso responsable de Internet o la protección de datos de una manera acorde con lo que vive cada grupo. Porque no es lo mismo explicar qué significa “publicar información sensible en un foro” a un chaval de 10 años que a uno de 16 que ya se mueve en redes sociales con soltura.

¿Por qué hacen falta estos manuales?

Los estudios que acompañan el proyecto dan pistas claras: los adolescentes usan Internet sobre todo para chatear, escuchar música y navegar. Prefieren el ordenador y el móvil frente a otros aparatos, y pasan horas delante de la pantalla. El problema no es solo el tiempo, sino lo que comparten. Muchos reconocen que han dado datos personales en redes o foros sin pararse a pensar en las consecuencias. Y, ojo, algunos incluso dicen haber recibido propuestas raras de desconocidos a través de Internet.

El mensaje de la APDCAT y el Departament d’Educació es sencillo: la privacidad no es un lujo, es un hábito que hay que aprender cuanto antes.

Una cultura de la privacidad desde la escuela

Los manuales no se quedan en la teoría. Incluyen recomendaciones prácticas para evitar disgustos: desde cómo elegir qué fotos subir, hasta cómo reaccionar si alguien pide información personal. Además, buscan que los chavales aprendan a distinguir entre lo público y lo privado en Internet, algo que muchas veces los adultos tampoco tenemos tan claro.

La clave, según explicaron en la presentación, es que la cultura de la privacidad debe incorporarse en el día a día educativo, igual que la educación vial o la educación en valores. Porque, seamos honestos, Internet ya no es un añadido, forma parte de la vida diaria de los jóvenes.